La extraordinaria vida de Nelson Mandela demostró cómo se puede transformar la opresión, la lucha y el sometimiento en reconciliación, justicia social y unidad.
Así como la vida de Madiba reflejó el triunfo del espíritu humano, su legado nos llama a reavivar el compromiso global con la paz, la justicia y la dignidad humana.
El tema de este año nos recuerda que el poder para acabar con la pobreza y la desigualdad está en manos de todos nosotros.
Mandela creía en el poder de la acción colectiva y comunitaria. Sabía que la gente corriente podía alterar el curso de la historia, y que los cambios duraderos no surgían en las capitales y las salas de reuniones, sino en los barrios y las comunidades.
La vida de servicio y progreso de Mandela sigue inspirando los esfuerzos de las Naciones Unidas, donde ahora celebramos nuestro 80º aniversario.
En este día tan importante, como todos los días, dejémonos guiar por el compromiso que demostró Madiba a lo largo de toda una vida con la libertad, la justicia, la igualdad y los derechos que pertenecen a todas las personas de la tierra.