Esas empresas, que representan más de las dos terceras partes de las empresas de todo el mundo, son la columna vertebral de las economías, especialmente en los mercados emergentes. Desde las megaciudades hasta las aldeas más remotas, crean empleo, empoderan a las mujeres y a los jóvenes y conforman el tejido de la vida cotidiana. Su ingenio genera avances innovadores que redundan en beneficio de toda la sociedad.
Sin embargo, esas empresas se enfrentan a obstáculos persistentes, como un acceso limitado a la financiación, a los mercados y a la tecnología. Muchas de ellas suelen ser ignoradas o dejadas de lado en las cadenas de valor mundiales y en los debates políticos. Hoy en día también afrontan retos nuevos y en cascada, como las perturbaciones del comercio, el acceso limitado a las tecnologías emergentes y la inteligencia artificial, los conflictos y la incertidumbre económica. A menudo son las primeras en sufrir, pero también las más resilientes, adaptándose e innovando en respuesta.
Para desencadenar todo su potencial, debemos invertir en su éxito aumentando la disponibilidad de financiación asequible, abriendo oportunidades de mercado y reforzando la infraestructura y las competencias digitales.
Juntos, comprometámonos a hacer realidad la promesa transformadora de las microempresas y las pequeñas y medianas empresas como motores del desarrollo sostenible y la innovación