Las minorías étnicas y religiosas suelen llevarse la peor parte: sufren discriminación, exclusión y daños.
Hoy, como nos recuerda el tema de este año, el discurso de odio viaja más rápido y más lejos que nunca, amplificado por la inteligencia artificial. Los algoritmos sesgados y las plataformas digitales están difundiendo contenidos tóxicos y creando nuevos espacios para el acoso y el abuso.
El Pacto Digital Global, adoptado en la Cumbre del Futuro, ofrece un camino a seguir: apelar a una mayor cooperación internacional basada en los derechos humanos y el derecho internacional para hacer frente al odio en Internet.
Para ahogar las voces del odio, necesitamos alianzas a todos los niveles: entre los Gobiernos, la sociedad civil, las empresas privadas y los líderes religiosos y comunitarios. Tenemos que contrarrestar los relatos tóxicos con mensajes positivos y capacitar a la gente para que reconozca, rechace y combata el discurso de odio. La Estrategia y Plan de Acción de las Naciones Unidas para la Lucha contra el Discurso de Odio guía el camino.
Los Principios Globales para la Integridad de la Información, que presenté el año pasado, también están apoyando y fundamentando esos esfuerzos en el marco de nuestra lucha por un ecosistema de la información más seguro y humano.
Al conmemorar este día, comprometámonos a utilizar la inteligencia artificial no como una herramienta de odio, sino como una fuerza para el bien. Permanezcamos unidos en la búsqueda de la paz, el respeto mutuo y la comprensión para todos.