Al tiempo que aspira a los más altos ideales de paz, dignidad, igualdad y justicia. Pero para lograrlo, muchos corren un inmenso riesgo personal y se enfrentan a amenazas de secuestro, violencia, acoso y detención, entre otras.
Solo el pasado año, 101 miembros del personal fueron arrestados o detenidos. En total, 52 miembros del personal de las Naciones Unidas siguen privados de libertad. El personal de contratación local corre especial peligro.
En este Día Internacional de Solidaridad, apoyamos a todas las personas detenidas, así como a sus familias y seres queridos, y pedimos su liberación inmediata y su regreso en condiciones de seguridad.
En su nombre, insto a los gobiernos a que garanticen la seguridad del personal de las Naciones Unidas y a que sigan velando por que se rindan cuentas y se haga justicia por estos crímenes, al tiempo que se mejora el apoyo y la protección. También exhorto a todos los países a que cumplan sus obligaciones en virtud de la Convención sobre la Seguridad del Personal de las Naciones Unidas y el Personal Asociado de 1994, así como del Protocolo Facultativo de 2005, que amplía la Convención al personal que presta asistencia humanitaria, política o para el desarrollo.
Juntos debemos proteger a quienes sirven a la humanidad y ayudar a construir un mundo mejor y más seguro para todos.