Yo mismo vi ese enorme potencial de primera mano cuando enseñaba ingeniería, y vi el extraordinario talento, creatividad y determinación de innumerables científicas.
Sin embargo, hoy en día las mujeres siguen representando apenas un tercio de la comunidad científica mundial. Privadas de fondos adecuados, oportunidades de publicación y puestos de liderazgo en las universidades, las mujeres y las niñas siguen enfrentándose a una ardua batalla para forjarse una carrera profesional en la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas.
Sin ir más lejos, eso se ve en el desarrollo de las nuevas tecnologías digitales. Los hombres dominan el campo en todos los niveles, incluida la inteligencia artificial. Por eso abundan los algoritmos tendenciosos que tienen la desigualdad incorporada, lo cual puede dar lugar a una nueva era de machismo digital.
Cuanto más se excluya a las mujeres de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas, más limitaremos nuestro poder colectivo de hacer frente a los apremiantes retos mundiales, desde el cambio climático y la seguridad alimentaria hasta la salud pública y la transformación tecnológica.
Podemos y debemos hacer más para igualar las condiciones.
Ampliando las becas, las prácticas y las oportunidades de mentoría para abrir puertas a las mujeres y las niñas en la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas; creando lugares de trabajo que atraigan, retengan y hagan progresar a las mujeres en la ciencia; alentando la participación de las niñas en la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas desde una edad temprana; defendiendo a las mujeres líderes del ámbito científico en los medios de comunicación; y derribando los estereotipos de género.
El Pacto para el Futuro, que acordaron los Estados Miembros en septiembre pasado, da un nuevo impulso a estos objetivos con el compromiso de abordar los obstáculos que impiden a las mujeres y las niñas acceder de forma plena, equitativa y significativa a los campos científicos.
En el décimo aniversario de este importante día, y ahora que reflexionamos sobre los 30 años transcurridos desde la Declaración de Beijing, ayudemos a allanar el camino hacia las carreras en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas que las mujeres y las niñas merecen y que el mundo necesita.