Aproximadamente 1 de cada 8 personas en todo el mundo tiene un trastorno mental. No hay comunidad ni sociedad que se salve. El suicidio sigue siendo una de las principales causas de muerte entre la juventud, y millones de personas continúan sufriendo en silencio.
Este año, el Día Mundial de la Salud Mental se centra en priorizar la salud mental en el lugar de trabajo. El 60 % de las personas de más de 15 años tiene empleo y pasa la mayor parte de su tiempo en el lugar de trabajo. Y ese espacio es mucho más que el sitio donde trabajamos. Los lugares de trabajo seguros y sanos pueden darnos el sentido del propósito, conexión y estabilidad, mientras que los opresivos o caóticos pueden ser muy nocivos para la salud mental.
Desde que la pandemia de COVID-19 precipitó una nueva era de teletrabajo, los límites entre el hogar y el trabajo se van difuminando cada vez más, con lo que se torna incluso más difícil proteger la salud mental de los empleados.
El trabajo es importante para el bienestar, pero el bienestar también es importante para el trabajo. Cuando los empleadores se ocupan de los factores que ponen en riesgo la salud mental en el trabajo, levantan la moral de los empleados, hacen que baje el absentismo y ayudan a que aumenten la dedicación y la productividad del personal. Todo eso fortalece no solo sus empresas, sino también nuestras economías.
Todos, tanto en el lugar de trabajo como en otros ámbitos, deberían tener los conocimientos y los recursos para priorizar la salud mental, así como acceso a servicios de salud mental de calidad sin estigma ni obstáculo alguno.
Este Día Mundial de la Salud Mental, así como todos los días, recordemos que no hay salud sin salud mental. Comprometámonos a crear y mantener entornos de trabajo seguros y sanos en los que la gente pueda prosperar.