Cumbre del Futuro 2024
Un evento de alto nivel que reúne a los dirigentes mundiales para forjar un nuevo consenso internacional a fin de mejorar el presente y salvaguardar el futuro.
¿QUÉ ES LA CUMBRE DEL FUTURO?
En 2020, la ONU cumplió 75 años y marcó la ocasión iniciando una conversación global sobre las esperanzas y los temores para el futuro.
Ese fue el comienzo de un proceso que conduciría cuatro años después a la convocatoria de la Cumbre del Futuro, un importante evento que tendrá lugar en septiembre en la sede de la ONU, justo antes del debate anual de alto nivel de la Asamblea General.
La Cumbre fue concebida en el apogeo de la pandemia de COVID-19, cuando en la ONU existía la percepción de que, en lugar de cooperar para enfrentar esta amenaza global que nos afectaba a todos, los países y las personas se estaban separando.
“Nos vimos realmente confrontados con la brecha entre las aspiraciones de nuestros fundadores, que estábamos tratando de celebrar en el 75 aniversario, y la realidad del mundo tal como es hoy”, dice Michele Griffin, directora de Políticas de la Cumbre. “Los problemas que enfrentamos, las amenazas, pero también las oportunidades y las imperfecciones en la forma en que respondemos”.
Los Estados miembros de la ONU encargaron al Secretario General António Guterres que presentara una visión para el futuro de la cooperación global. Su respuesta a este llamado fue “Nuestra Agenda Común”, un informe histórico con recomendaciones sobre la cooperación global renovada para abordar una serie de riesgos y amenazas, y una propuesta para celebrar una cumbre con visión de futuro en 2024.
El evento constará de sesiones y reuniones plenarias basadas en cinco ejes principales (desarrollo sostenible y financiación; paz y seguridad; futuro digital para todos; jóvenes y generaciones futuras; y gobernanza global), y otros temas relacionados con la labor de la ONU, incluidos los derechos humanos, la igualdad de género y la crisis climática.
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE LA CUMBRE?
Porque si bien estos temas ya se han abordado en el pasado y se han alcanzado acuerdos innovadores como el Acuerdo de París sobre el clima y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, existe una percepción generalizada de que las estructuras de las Naciones Unidas, muchas de las cuales se establecieron hace décadas, ya no son lo suficientemente justas ni eficaces.
La cooperación mundial efectiva es cada vez más crítica para nuestra supervivencia, pero difícil de conseguir en un ambiente de desconfianza, utilizando estructuras anticuadas que ya no reflejan las realidades políticas y económicas actuales.
La Cumbre del Futuro es una oportunidad para retomar el camino, para cumplir las promesas que ya se han hecho, preparar a la comunidad internacional, revitalizar las estructuras y la confianza necesarias para una gobernanza mundial eficaz.. Considerará cómo cooperar tanto para alcanzar objetivos acordados como para hacer frente a las amenazas y oportunidades emergentes. Dará lugar a un Pacto de Futuro, el cual será acordado a nivel intergubernamental. Es una oportunidad para lograr iniciativas y compromisos de parte de un amplio abanico de partes interesadas.
“El ingrediente más importante de la cooperación internacional es la confianza”, afirma Michele Griffin. “La confianza en los demás. Un sentido de nuestra humanidad compartida, nuestra interconexión. Y la cumbre está diseñada para recordarnos a todos, no solo a los gobiernos y no solo a las personas que estarán en la ONU en Nueva York en septiembre, sino a todos, que tenemos que trabajar juntos para resolver nuestros mayores problemas compartidos”.
¿QUIÉNES SON LOS ACTORES CLAVE?
La Cumbre estará precedida por dos Días de Acción, que también se celebrarán en la sede de las Naciones Unidas, en los que representantes de la sociedad civil, el sector privado, el mundo académico, las autoridades locales y regionales, los jóvenes, los Estados miembros y muchos otros actores tendrán la oportunidad de participar en los principales temas del evento.
“Si miramos a las Naciones Unidas, pensamos que los gobiernos son los actores clave”, afirma Griffin. “Y es cierto. Son ellos los que se sientan a la mesa, pero lo hacen en nombre de su gente”.
“Los actores de la sociedad civil y los jóvenes han participado en todo momento y estarán presentes en la cumbre”, explica Griffin. “El sector privado estará presente en reconocimiento del enorme papel que desempeña en la configuración de las vidas y las oportunidades de las personas en la actualidad. Esta cumbre es para y por todos, y todos deberían verse reflejados en ella”.
¿QUÉ APORTARÁ LA CUMBRE DEL FUTURO 2024?
La Cumbre, que se celebrará en septiembre de 2024 en Nueva York, producirá un Pacto de Futuro negociado intergubernamentalmente y orientado a la acción, con capítulos sobre desarrollo sostenible y financiación del desarrollo; paz y seguridad internacionales; ciencia, tecnología e innovación y cooperación digital; juventud y generaciones futuras; y transformación de la gobernanza mundial. También producirá un Pacto Digital Global y una Declaración para las Generaciones Futuras (Resolución 76/307), todos los cuales se espera que sean adoptados por los Estados Miembros durante la Cumbre.
Se están llevando a cabo negociaciones co facilitadas por Namibia y Alemania (Pacto), Zambia y Suecia (Digital), y Jamaica y los Países Bajos (Generaciones futuras): https://www.un.org/es/summit-of-the-future.
Para apoyar a los Estados miembros, el Secretario General presentó propuestas en 11 informes políticos, profundizando en ideas expuestas inicialmente en el informe Nuestra Agenda Común. Muchas de estas propuestas se están estudiando en las negociaciones: https://www.un.org/es/common-agenda/policy-briefs.
ACELERAR LOS ODS
La Cumbre del Futuro construirá sobre la base de la Cumbre sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible de 2023. Muchas de las propuestas acelerarán la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible mejorando el «cómo» de la cooperación mundial para, a su vez, permitirnos cumplir el «qué»: (a) volver a encarrilar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, a la vez que (b) se responda a las nuevas oportunidades y riesgos.
(IM)PACTO PARA EL FUTURO
DESARROLLO SOSTENIBLE Y FINANCIACIÓN
Implementación de la Agenda 2030 en su totalidad y a tiempo, así como de la Declaración Política de la Cumbre de los ODS de 2023, a través de acciones, políticas e inversiones urgentes y ampliadas en las personas y su desarrollo socioeconómico, con el objetivo de no dejar a nadie atrás.
Un cambio radical en la financiación de los ODS, en particular mediante un estímulo de los ODS, la prestación de ayuda oficial al desarrollo y la inversión del sector privado, y una cooperación fiscal inclusiva, que conduzca a decisiones más concretas en la Conferencia sobre la Financiación para el Desarrollo de 2025.
Aceleración de los esfuerzos en materia de clima y medio ambiente, incluido el aumento de la financiación para la mitigación y la adaptación, la protección de todas las personas con sistemas de alerta temprana, la celebración de un acuerdo jurídicamente vinculante sobre la contaminación por plásticos y la protección de la biodiversidad y los océanos.
Consideraciones sobre cómo avanzar en el desarrollo sostenible más allá de 2030.
PAZ Y SEGURIDAD INTERNACIONALES
Un sistema de seguridad colectiva actualizado que pueda prevenir, gestionar y resolver mejor los conflictos tanto en los ámbitos tradicionales como en los nuevos. Mayor uso de la diplomacia preventiva y de los mecanismos de mediación, incluidos los buenos oficios del Secretario General, para evitar enfrentamientos entre Estados miembros.
Aumento de los esfuerzos nacionales de prevención de toda la sociedad. Fortalecimiento de la resiliencia mediante la implementación de la Agenda 2030, garantizando que el gasto militar no se realice a expensas de las inversiones en desarrollo sostenible. Alineación de la financiación de las instituciones financieras internacionales con los esfuerzos de los países para abordar las causas profundas de la inestabilidad.
Mejor protección de los civiles en los conflictos armados y rendición de cuentas por crímenes atroces y violaciones, como la violencia de género y el hambre como arma de guerra. Aumento de la ayuda humanitaria, incluso para erradicar el hambre.
Un mundo cada vez más cerca de estar libre de armas nucleares. Una revitalización de los esfuerzos en materia de desarme y control de armas, incluidas las armas indiscriminadas, las armas biológicas y químicas y las armas ligeras. Un papel revitalizado de la ONU en el ámbito del desarme y avances hacia una 4ª Sesión Especial de la Asamblea General sobre desarme. Medidas de coordinación frente a las amenazas biológicas, naturales y deliberadas.
Un uso realista y responsable de las operaciones de paz, y una reflexión sobre su futuro para garantizar que puedan responder a la evolución de las necesidades. Apoyo a los esfuerzos regionales de mantenimiento de la paz mediante una financiación adecuada, previsible y sostenible.
Cumplimiento de los compromisos sobre Mujeres, Paz y Seguridad y medidas para abordar los vínculos entre seguridad y cambio climático.
Esfuerzos antiterroristas más eficaces y preventivos que aborden todos los factores que impulsan y facilitan el terrorismo y el extremismo violento que conduce al terrorismo.
Evitar y mitigar el armamentismo de los dominios y tecnologías emergentes y fomentar la innovación responsable mediante:
- un tratado para prevenir la militarización del espacio exterior;
- un instrumento jurídicamente vinculante para prohibir los sistemas de armas autónomas letales que funcionan sin control o supervisión humana;
- normas para prevenir los ciberataques malintencionados contra las infraestructuras de los servicios públicos por parte de agentes tanto estatales como no estatales;
- normas y reglas en torno a las aplicaciones militares de la IA; y
- consideraciones sobre biotecnología, nanotecnologías y tecnologías de mejora humana.
CIENCIA, TECNOLOGÍA E INNOVACIÓN (CTI) Y COOPERACIÓN DIGITAL
Reducción de las disparidades mundiales y de género en la capacidad y el acceso a la tecnología, incluso mediante el aumento de los medios de implementación tales como la transferencia voluntaria de tecnología, la creación de capacidades y cooperación fortalecida. Aumento de la financiación para la investigación y la innovación
relacionadas con los ODS.
Mayor uso de la ciencia en la formulación de políticas, con medidas para garantizar que más personas se beneficien de la ciencia, la tecnología y la innovación.
Fortalecimiento de las capacidades de las Naciones Unidas para aprovechar la CTI en la labor de la organización, en particular para apoyar a los países en desarrollo en la consecución de los ODS.
Un Pacto Mundial Digital (que se negociará por separado y se adjuntará al Pacto) para aprovechar las oportunidades y gestionar los riesgos de tecnologías digitales de una manera que proteja los derechos humanos y no deje a nadie atrás, centrándose en: (i) cerrar las brechas digitales y acelerar los ODS; (ii) ampliar la inclusión y los
beneficios de la economía digital para todos; (iii) fomentar un espacio digital inclusivo, abierto, seguro y protegido; (iv) avanzar en la gobernanza de datos; y (v) fortalecer la gobernanza de las tecnologías emergentes, incluida la inteligencia artificial, en beneficio de la humanidad.
JUVENTUD Y GENERACIONES FUTURAS
Participación ampliada y reforzada de los jóvenes en la toma de decisiones a nivel mundial a través de compromisos para la participación de los jóvenes en todos los mecanismos y procesos intergubernamentales de la ONU y un estándar mundial para la participación significativa de los jóvenes.
Un entorno a nivel nacional que permita a los jóvenes hacer realidad sus derechos y su potencial a través de la educación, el empleo, la salud física y mental, los órganos consultivos nacionales de la juventud, los recursos para las organizaciones dirigidas por jóvenes, la eliminación de las barreras legislativas y políticas, y la financiación flexible, incluso a través de una plataforma mundial de inversión en la juventud.
Toma de decisiones a nivel mundial que tenga en cuenta sistemáticamente el impacto futuro, evitando conscientemente los daños previsibles y salvaguardando los intereses a las generaciones futuras mediante compromisos y medios de aplicación consagrados en una Declaración sobre las Generaciones Futuras (que se negociará por separado y se adjuntará al Pacto).
Propuestas concretas de gobernanza y estructuras operativas para ayudar a los Estados miembros a tener más en cuenta a las generaciones futuras e inspirar una gobernanza anticipatoria a largo plazo a escala internacional.
TRANSFORMAR LA GOBERNANZA MUNDIAL
Un multilateralismo que sea eficaz, justo y representativo, inclusivo (intergubernamental pero que permita la contribución de una gama diversa de actores) y en red para garantizar que todos los actores trabajen juntos.
Un Consejo de Seguridad con una composición y unos métodos de trabajo actualizados, que le permitan ser más eficaz, representativo y fiable. Una Asamblea General revitalizada con un papel más importante en la paz y la seguridad y la aspiración de una mujer Secretaria General. Un ECOSOC más fuerte y pasos hacia la revitalización de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer.
Una Comisión de Consolidación de la Paz reforzada que tienda puentes más eficaces con otros actores, incluidas las instituciones financieras internacionales.
Un pilar de derechos humanos de la ONU reforzado, mejor dotado de recursos y coordinado. Una ONU que utilice eficazmente la innovación, los datos, las herramientas digitales, la prospectiva y la ciencia del comportamiento (ONU 2.0) y un sistema de desarrollo de la ONU financiado de forma sostenible. Profundización de las alianzas entre las Naciones Unidas y otras partes como la sociedad civil, el sector privado, las organizaciones regionales, los parlamentos nacionales y las
autoridades locales y regionales.
Esfuerzos avanzados para desarrollar medidas de progreso en materia de desarrollo sostenible más allá del PIB que tengan en cuenta a las personas, el planeta y el futuro.
Una arquitectura financiera internacional que funcione para todos y refleje las necesidades económicas y las realidades políticas de hoy, lograda mediante, entre otras cosas:
- una mayor participación de los países en desarrollo en la toma de decisiones económicas internacionales, incluso mediante una mayor representación en las instituciones financieras internacionales;
- la movilización de más capital de los bancos multilaterales de desarrollo;
- una revisión de la arquitectura de la deuda soberana y la aplicación del Marco Común para el Tratamiento de la Deuda;
- una red mundial de seguridad financiera más eficaz, utilizando derechos especiales de giro; y
- acceso a financiación en condiciones favorables para el clima y el desarrollo que tenga en cuenta todas las formas de vulnerabilidad.
El rápido crecimiento de las actividades en el espacio exterior acompañado de una gobernanza adecuada de los aspectos de sostenibilidad espacial (exploración, recursos, tráfico, desechos) con nuevos marcos desarrollados a través de la COPUOS.
Una cooperación más amplia con los países en desarrollo y los agentes no estatales para garantizar usos sostenibles del espacio exterior en beneficio de todos.
Mejora de las respuestas internacionales a los choques globales de escala y gravedad significativa mediante el desarrollo de protocolos para una Plataforma de Emergencia de todo el sistema con plazos definidos que se active en crisis específicas y que ofrezca una respuesta coherente, coordinada y multidimensional, pero que no interfiera con los mandatos o la soberanía existentes. Mecanismos de gobernanza internacional más sólidos para el medio ambiente.
¿QUÉ SUCEDERÁ DESPUES?
Los organizadores de la Cumbre han subrayado que la clausura del evento no será el final de los debates y las cuestiones planteadas durante los cuatro días.
Michele Griffin lo describe como el comienzo de un proceso: “la mayoría de las semillas que plantemos en esta Cumbre tardarán algún tiempo en crecer y florecer”, dice, “y todos tenemos que participar en la tarea de exigir a los gobiernos que cumplan con sus compromisos en el escenario internacional”.
Después de la Cumbre, la atención se centrará en la aplicación de las recomendaciones y promesas contenidas en el Pacto para el Futuro. El borrador del Pacto incluye el compromiso de revisar los avances en una futura sesión de la Asamblea General. En noviembre, Azerbaiyán acogerá la Conferencia sobre el Clima de las Naciones Unidas (COP29), donde la financiación climática ocupará un lugar destacado en la agenda; en diciembre se celebrará la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Países en Desarrollo sin Litoral en Botsuana, donde se buscarán soluciones para el desarrollo sostenible; y el próximo mes de junio se intensificarán en España los esfuerzos para reformar la arquitectura financiera internacional (incluidos organismos como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional qué deciden, cómo y en qué condiciones conceder préstamos, subvenciones y asistencia técnica a los países en desarrollo), en la Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo (Ffd4).
Publicado originalmente en ONU Colombia.