Vinculando los campos de la economía circular, el patrimonio y la innovación, es posible convertir materiales en desuso en productos que revaloricen la cultura.
Siguiendo esta premisa y en alianza con el sector privado, Naciones Unidas contribuye al innovador programa de sostenibilidad Segundo Vuelo, de Latam Airlines. Esta iniciativa combina la cultura de diversas regiones del país con la moda sostenible, dando nueva vida a materiales textiles en desuso de la aerolínea y aportando valor a través del trabajo de mujeres portadoras de patrimonio vivo.
En 2021, la iniciativa Pacto por la Cultura al 2030 convocó a empresas y organizaciones de diversos sectores para sumar esfuerzos a favor de los ODS a través de la cultura. Dos años después, Latam Airlines, socio fundador del Pacto, solicitó a Naciones Unidas potenciar su programa de sostenibilidad. Como producto de esta alianza, se implementó la tercera etapa de Segundo Vuelo, que escaló a tres regiones del Perú e incorporó a la Asociación de Artesanas San Miguel Arcángel, de Cajamarca.
Las protagonistas de esta transformación son tres asociaciones de artesanas: Sisan-Museo Pachacámac (Lima), Sunqu Suwa (Ayacucho) y San Miguel Arcángel (Cajamarca).
A lo largo de 2023, con la coordinación de las Naciones Unidas, estas tres asociaciones artesanales recibieron diversas capacitaciones enfocadas en el desarrollo de capacidades para potenciar su labor. Asimismo, recibieron capacitaciones en enfoque de género lideradas por el MIMP. No menos importante fue el apoyo logístico brindado por las Naciones Unidas para el desarrollo de productos artesanales basados en el patrimonio cultural de cada una de las tres regiones.
“En nuestra asociación, hemos participado con mucha alegría de los intercambios y visitas a las otras asociaciones artesanales del proyecto. Hemos aprendido sobre sus tejidos y su uso del color. En Pachacámac y en Ayacucho, hemos aprendido sobre su tradición artesanal y hemos compartido nuestras experiencias como artesanas”, comenta Martina Hernández, tejedora de Cajamarca.
“El proyecto aporta a ampliar el conocimiento sobre esta técnica porque gracias a él hay una mayor difusión de esta técnica ancestral que ha ido pasando de generación en generación”, explica Elena Vásquez.
Actualmente, las bordadoras y tejedoras de San Miguel Arcángel no solo se encargan de la producción de prendas tradicionales, sino también de la difusión de su línea tradicional, de la venta de sus productos y de la gestión de su asociación. Participar en el proyecto les abre las puertas a nuevos espacios de venta y difusión, y les brinda herramientas para desarrollar productos que combinen su arte tradicional con nuevos materiales y técnicas. Así, fortalecen su negocio artesanal y su papel como portadoras del patrimonio vivo de su comunidad.
Escrito por
Karol Altamirano Camacho
UNESCO
Coordinadora de la Unidad de Información Pública e Imagen