Los derechos humanos son garantías jurídicas que protegen a las personas frente acciones que dañen sus libertades fundamentales y su dignidad humana. Son inherentes a nuestra condición de seres humanos, fundamentales para alcanzar una vida con bienestar, y deben ser la base para el progreso.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1948, establece un hito en la historia de la humanidad al reconocer que todos los seres humanos son libres e iguales en dignidad y derechos, y establecer que los derechos humanos deben protegerse y promoverse en todo el mundo.
Gracias a la Declaración, y diversos tratados vinculantes que se basan en esta, alrededor del mundo se han dado progresos importantes en la protección de los derechos humanos de personas en situación de vulnerabilidad.
Sin embargo, aún diversas poblaciones enfrentan exclusión y discriminación por ser quienes son, y no pueden disfrutar de iguales oportunidades para su bienestar y progreso.
Desde las Naciones Unidas, invitamos a reflexionar sobre los logros alcanzados y a abordar los persistentes obstáculos que enfrentamos. Es crucial renovar nuestro compromiso colectivo para proteger y promover estos derechos universales, trabajar colaborativamente y fortalecer la solidaridad global.
¡Los derechos humanos son el corazón de sociedades justas y libres. Renovemos nuestro compromiso y la promesa de forjar un futuro común con dignidad, libertad y justicia para todas las personas!