Para hacer realidad esta promesa, las ciudades deben hacer frente a una serie de retos, desde las crisis económicas y la escalada de las emergencias climáticas hasta las desigualdades cada vez mayores.
A través de nuestra Coalición Local 2030, estamos movilizando a todo el sistema de las Naciones Unidas para abordar estas crisis desde sus raíces y promover la urbanización sostenible.
Las iniciativas locales de cero deshechos contribuyen a la creación de economías circulares. Las iniciativas públicas para ampliar los espacios verdes permiten refrescar los paisajes urbanos durante las olas de calor. La acción comunitaria para reducir el desperdicio de alimentos y promover la producción local son clave para la transformación de nuestros sistemas alimentarios.
Aumentar la resiliencia y proteger mejor a las poblaciones vulnerables requiere inversiones mucho mayores en infraestructuras sostenibles, sistemas de alerta temprana y viviendas asequibles y adecuadas para todos.
Al mismo tiempo, debemos esforzarnos por mejorar el acceso a la electricidad, el agua, el saneamiento, el transporte y otros servicios básicos, al tiempo que invertimos en educación, desarrollo de aptitudes, innovación digital y espíritu empresarial.
La acción local es vital y la cooperación mundial, indispensable.
En este Día Mundial del Hábitat, comprometámonos a construir asentamientos humanos inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles para todas las personas, en todas partes.