Un antojo y una botella como rodillo: Así nació “Amasando Sueños”, emprendimiento gastronómico de Ana Graciela Delgado y su pareja Kimberlys Olivar.
Naciones Unidas Perú y otras organizaciones humanitarias les abrieron las puertas a nuevas oportunidades en Tumbes mediante formación empresarial y apoyo.
Ana Graciela es abogada y, en 2019, dejó su natal Maracay y llegó a Tumbes. Con una botella de vino vacía, dio forma a los tequeños (palitos de queso fritos tradicionales venezolanos) que originaron Amasando Sueños. La pareja comenzó su emprendimiento gastronómico con anuncios en las redes sociales locales. En dos días, pasaron de hacer sólo cuatro pedidos a hornear casi todos los días hasta la 1 de la madrugada.
En 2021, ONU Perú y la Universidad San Ignacio de Loyola las capacitaron en conocimientos claves acerca de finanzas y marketing. “Con el apoyo, pudimos darle forma al negocio y crecer muchísimo”, recuerda Ana Graciela. Ese año, su proyecto logró obtener un capital semilla por parte de Naciones Unidas y de Cooperazione Internazionale (Coopi), dinero que les permitió adquirir una cocina industrial, utensilios y otros implementos. Un año después, siempre con apoyo de Naciones Unidas y otras organizaciones humanitarias, continuaron su formación y pudieron adquirir más implementos para trabajar.
Un año después, continuaron su formación como empresarias adquiriendo herramientas prácticas, con el apoyo de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y otros socios humanitarios. Desde su creación, Amasando Sueños ha triplicado la producción diaria, con clientes corporativos y un nuevo menú que incluye aperitivos venezolanos más tradicionales.
"Amasando Sueños nos ha dado un medio de vida digno, permitiéndonos pagar el alquiler, cubrir nuestras necesidades y mantener a nuestras familias en Venezuela", resume Ana Graciela.
Actualmente, Amasando Sueños colabora con la OIM en la formación de nuevos emprendedores, enseñando repostería a otros refugiados y migrantes locales. Este esfuerzo llevó a la fundación de la Asociación de Emprendedores Unidos Venezuela-Perú (ASEMU). Esta asociación ayuda a refugiados y migrantes a integrarse en el mercado laboral ofreciendo a las supervivientes de la violencia de género una herramienta para recuperarse, así como apoyo económico y emocional.
ASEMU, junto con otras 14 organizaciones, ha reforzado sus capacidades de protección, gestión de la información y articulación con otros actores gubernamentales y no gubernamentales. Como parte de la Red de Liderazgo Comunitario, promovida por ACNUR, estas organizaciones apoyan la formación de un liderazgo autónomo a favor de la protección e integración de refugiados y migrantes en Tumbes, Perú. A fines de 2022, ASEMU recibió financiamiento de ACNUR para implementar un proyecto que busca fortalecer el emprendimiento en Tumbes.
"Emprender no es fácil, pero se puede. Si me preguntan si quiero volver a ejercer la abogacía o seguir con Amasando Sueños, diría que Amasando Sueños es mi vida", dijo Gabriela.
Bajo el liderazgo de la Coordinadora Residente, el Marco de Cooperación 2022-2026 de ONU Perú ha sido diseñado considerando, por primera vez, a la población refugiada y migrante como una prioridad. Atender sus necesidades humanitarias y de desarrollo es una preocupación transversal, y se ha creado un grupo especializado en refugiados y migrantes para asegurar esta transversalización y priorización.