Un hombre en una cruzada de más de 30 años defendiendo los bosques de América del Sur
El interés de Constantino Aucca Chutas en la conservación comenzó hace tres décadas con el trabajo de campo que hizo como estudiante de biología en Cusco.
En ese momento, las espléndidas laderas de los Andes peruanos que amurallan la ciudad estaban azotadas por los incendios, la tala ilegal y la expansión de las tierras de cultivo.
“La conservación se convirtió en una necesidad”, dijo recientemente Constantino Aucca durante una entrevista con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Su llamado a defender la naturaleza reavivó debido a las peticiones de sus abuelos, agricultores Indígenas quechuas.
Me dijeron: "Mira, tu nombre es Aucca, que significa guerrero. Por favor, trata de hacer algo por nosotros, por los agricultores".
Constantino Aucca ha pasado los últimos 30 años cumpliendo con esa solicitud y ha estado liderando a las comunidades locales en un esfuerzo para proteger los bosques en toda América del Sur, unos ecosistemas críticos para luchar contra el cambio climático que son el hogar de especies de fauna y flora únicas.
La Asociación de Ecosistemas Andinos (ECOAN), que Constantino Aucca fundó en 2000, ha plantado más de 3 millones de árboles en Perú y ha protegido o restaurado 30.000 hectáreas de tierra.
En reconocimiento de sus esfuerzos, Constantino Aucca ha sido galardonado con el premio Campeón de la Tierra en la categoría Inspiración y la Acción, el máximo premio a nivel ambiental de las Naciones Unidas.
La región América Latina y el Caribe contiene algunos de los ecosistemas forestales más biodiversos del mundo, pero más del 40% de sus bosques han sido talados o degradados para dar paso a proyectos mineros, agrícolas y de infraestructura.
La conservación liderada por la comunidad de Constantino Aucca ha ayudado a las comunidades indígenas, un grupo tradicionalmente marginado, a asegurar los derechos legales a sus tierras y establecer áreas protegidas para sus bosques nativos.
“El trabajo pionero de Constantino Aucca Chutas nos recuerda que las comunidades Indígenas están a la vanguardia de la conservación”, afirmó Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA. "En su calidad de estar entre los mejores guardianes del mundo natural, sus contribuciones a la restauración de los ecosistemas son invaluables y llegan en el momento más urgente para el planeta".
Restauración de las zonas altoandinas y los "bosques nublados"
La Asociación de Ecosistemas Andinos (ECOAN) ha movilizado a miles de personas en Cusco para proteger y restaurar los antiguos bosques de Polylepis, que una vez dominaron los altos Andes. Los árboles de Polylepis crecen en zonas de hasta 5.000 metros sobre el nivel del mar, una altitud superior a la de cualquier otro tipo de bosque en el mundo, estos árboles "nublados" desempeñan un papel vital en la lucha contra el cambio climático y la pérdida de biodiversidad.
Asimismo, albergan vida silvestre en peligro, almacenan carbono, fijan suelos y ayudan a capturar agua de los glaciares de los Andes que se han estado derritiendo y luego liberan lentamente esta agua en beneficio de las comunidades agrícolas aledañas. Desde su alto punto de vista, los bosques de Polylepis absorben la niebla y retienen grandes cantidades de agua de las nubes, que se descargan gradualmente a través de la cubierta de musgo para mantener los arroyos de las montañas fluyendo.
Las vastas áreas de los Andes fueron cubiertas por árboles de Polylepis, pero únicamente 500.000 hectáreas quedan en pie hoy en día a causa de la deforestación destinada a la leña, el pastoreo del ganado, la tala, la minería y las carreteras que han cobrado su precio durante décadas. La pérdida de estos bosques de montaña agrava la escasez de agua, lo que afecta negativamente las vidas y los medios de subsistencia de millones de personas.
Por tal motivo y para garantizar la supervivencia de las futuras generaciones de agricultores indígenas, la asociación de Constantino Aucca organiza festivales de plantación de árboles en Cusco cada año. El día comienza con rituales ancestrales derivados del rico patrimonio de la cultura Inca en la región. Los grupos musicales soplan conchas de caracol y golpean los tambores en honor a la naturaleza, mientras los demás habitantes suben por senderos empinados de montaña para plantar árboles, algunas personas llevan consigo manojos de plántulas en sus espaldas, otras cargan bebés.
“Cuando plantamos un árbol, le devolvemos algo a la Madre Tierra. Estamos convencidos de que cuantos más árboles plantemos, más gente será feliz. Es toda una celebración, un día de felicidad”, dijo Constantino Aucca.
Retribución a las comunidades locales
A cambio de sus esfuerzos para restaurar los hábitats amenazados y conservar las aves y demás especies silvestres, las comunidades locales reciben ayuda de la iniciativa Acción Andina para obtener los títulos de propiedad de sus tierras, lo que les proporciona protección jurídica contra la explotación por parte de las empresas madereras, mineras y petroleras.
Asimismo, Constantino Aucca y su equipo han creado áreas protegidas, han organizado campanas de atención médica y dental en asentamientos remotos de montaña y han proporcionado paneles solares y estufas de combustión limpia a base de arcilla a las comunidades con el fin de mejorar su calidad de vida.
La visión de Constantino Aucca para la regeneración del ecosistema va más allá de su Perú natal. En 2018, la Asociación de Ecosistemas Andinos y la ONG estadounidense Global Forest Generation fundaron la iniciativa Acción Andina para ampliar a otros países andinos el modelo de reforestación dirigido por la comunidad.
Como presidente y cofundador de Acción Andina, Constantino Aucca se encarga actualmente de supervisar los planes para proteger y restaurar 1 millón de hectáreas de bosques de importancia crítica en Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú durante los próximos 25 años con el apoyo de Global Forest Generation. Su trabajo ilustra espléndidamente el llamado del Decenio de las Naciones Unidas para la Restauración de Ecosistemas a la acción colectiva mundial para prevenir, detener y revertir la degradación de los ecosistemas.
Por el bienestar común
Los estudios demuestran que la restauración de 20 millones de hectáreas de ecosistemas degradados en la región de América Latina y el Caribe generaría beneficios por valor de USD 23.000 millones de dólares a lo largo de 50 años. Asimismo, los ecosistemas prósperos y en buenas condiciones son esenciales para limitar el calentamiento global por debajo de 2 °C y así ayudar a las sociedades y sus economías a adaptarse a las repercusiones del cambio climático.
En el corazón del trabajo de Aucca se encuentra su profunda conexión con su herencia inca y los principios incas de "Ayni y Minka", un profundo compromiso de trabajar juntos por el bien común, que se extiende a través de planes para ampliar la reforestación también en otros países andinos.
“Una vez en América del Sur, éramos el imperio más grande, unidos por una cultura, la cultura inca”, afirma Aucca. “Era la primera vez que nos juntábamos todos. La próxima vez que nos unimos para crear un movimiento fue para liberarnos del yugo español, para buscar nuestra independencia. Ahora nos reunimos por tercera vez. ¿Para qué? Para proteger un arbolito”.
Sobre los Campeones de la Tierra del PNUMA
Los galardones Campeones de la Tierra del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente rinden homenaje a las personas y organizaciones cuyas acciones han tenido un impacto transformador positivo en el medio ambiente. El premio anual Campeones de la Tierra es el máximo galardón a nivel ambiental que otorga la ONU. Reconoce a líderes destacados del Gobierno, la sociedad civil y el sector privado.
Sobre el Decenio de las Naciones Unidas para la Restauración de los Ecosistemas
La Asamblea General de las Naciones Unidas ha declarado los años 2021 a 2030 como el Decenio de la ONU para la Restauración de los Ecosistemas. El Decenio, liderado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), junto con el apoyo de las organizaciones asociadas, está diseñado para prevenir, detener y revertir la pérdida y degradación de los ecosistemas en todo el mundo. Su objetivo es devolver la vida a miles de millones de hectáreas, mediante la protección de ecosistemas terrestres y acuáticos. El Decenio de las Naciones Unidas constituye un llamamiento para la acción global que reúne apoyo político, investigación científica y músculo financiero para ampliar exponencialmente la restauración.