ONU Perú y Ecuador realizan análisis conjunto para fortalecer gestión migratoria en la frontera entre ambos países
07 noviembre 2022
El Sistema de las Naciones Unidas trabaja articuladamente, con las entidades de Estado peruano y sus socios humanitarios, para atender las necesidades básicas de la población migrante y refugiada vulnerable, y promover su integración socioeconómica para su beneficio y el de las comunidades de acogida.
La migración venezolana es el desplazamiento de personas vulnerables más numeroso de la historia Latinoamericana. Alrededor de un millón y medio de personas venezolanas han llegado al Perú en los últimos años. Se estima que, en promedio, ingresan al Perú diariamente más de 1,100 personas venezolanas. Esta cifra ha ido en aumento en el último mes de octubre.
Tumbes es la principal ruta de ingreso y salida para esta población. La mayoría de las personas venezolanas ingresa de manera irregular, ya que no cuentan con los requisitos para ingresar regularmente. Una proporción de esta población es captada por redes transnacionales de tráfico de personas. Aquellos que cruzan la frontera de manera autónoma enfrentan también altos riesgos, como robos, abuso sexual, xenofobia y discriminación, entre otros.
En vista a esta situación, durante la primera semana de noviembre, el Sistema de las Naciones Unidas en Perú y Ecuador desplegó una misión internacional para identificar desafíos transfronterizos y alternativas de solución que ayuden a mejorar la calidad de vida de la población migrante y refugiada, y de las comunidades de acogida.
“Este trabajo articulado busca fortalecer la gestión migratoria en la frontera compartida por ambos países, bajo los principios de proteger la vida, promover la paz y el desarrollo”, resaltó Igor Garafulic, Coordinador Residente de las Naciones Unidas en el Perú.
La misión internacional sostuvo reuniones con instituciones públicas y visitas a servicios clave para conducir un análisis de los aspectos de protección y prevención de conflictividad, inseguridad, xenofobia y atención a población vulnerable, como mujeres, niñas y niños. Ello incluyó visitas a puntos de asistencia y orientación (PAO), donde distintos organismos de las Naciones Unidas y socios humanitarios brindan servicios de salud física y mental, salud sexual y reproductiva, nutrición, orientación, higiene y espacios seguros para juegos de niños y niñas. Además, la misión visitó proyectos humanitarios y de integración, y sostuvo reuniones con autoridades en Huaquillas (Ecuador) y Tumbes (Perú) para analizar los principales desafíos en materia de movilidad humana.
El gobernador de Tumbes, Jose Áleman, destacó el apoyo de las agencias, fondos y programas de las Naciones Unidas para fortalecer la preparación del gobierno regional y la atención a la población ante un evento migratorio de inusitada magnitud. “Las Naciones Unidas colaboraron con nosotros, nos prepararon y ayudaron. Tanto en el Cebaf (Centro Binacional de Atención Fronteriza), como en las comunidades de acogida, quienes más necesidad tenían, han podido ser apoyadas...Ahora venimos trabajando con gobernador electo que va a continuar el trabajo que hemos realizado juntos”.
La misión internacional estuvo integrada por el Director Regional para América Latina y el Caribe de la Oficina de Coordinación para el Desarrollo, Roberto Valent; la Directora para las Américas del Departamento de Asuntos Políticos y Consolidación de la Paz, Laura Flores; la Coordinadora Residente de las Naciones Unidas en Ecuador, Lena Savelli; el Coordinador Residente de las Naciones Unidas en Perú, Igor Garafulic; y representantes del Sistema de las Naciones Unidas en ambos países.
Responder a los desafíos de la migración es una cuestión de derechos humanos y es oportunidad para el desarrollo de los países de acogida. La integración de la población migrante y refugiada permite un intercambio de conocimientos y cultural enriquecedor, e implica un capital humano y social valioso para el desarrollo de las comunidades de acogida y los países. La coordinación transfronteriza es crucial para potenciar el impacto positivo de la movilidad humana a ambos lados de la frontera, en particular a favor de las poblaciones más vulnerables.
Sobre el trabajo de la ONU en movilidad humana
Las Naciones Unidas, a través de sus agencias, fondos y programas especializados, brinda asistencia humanitaria, orientación y protección a personas migrantes y refugiadas venezolanas, en coordinación con las agencias humanitarias que trabajan en la zona de frontera, a través de proyectos en las comunidades de acogida y en tres Puntos de Atención y Orientación (PAO) para población refugiada y migrante en tránsito, en lugares estratégicos de la ruta de entrada a Perú.
Los PAO brindan asistencia en información y orientación de acceso al territorio, a protección internacional y a derechos básicos. Igualmente, proveen kits de higiene, baños y duchas, espacios seguros para niñas y niños, alimentación, contención emocional y atención básica en salud. Además, las organizaciones especializadas en protección identifican casos de violencia de género, y niños, niñas y adolescentes no acompañados o separados, casos de trata y tráfico y los derivan a servicios especializados del Estado.
Las Naciones Unidas y sus socios humanitarios en Tumbes (Perú), en el marco del Grupo Interagencial para Refugiados y Migrantes (GTRM), coordinan de manera permanente con sus pares en Huaquillas (Ecuador), derivando casos que requieren asistencia transfronteriza y realizando constantes monitoreos de frontera.