Este Día arroja luz sobre una oscura realidad: cada año, 1,35 millones de personas pierden la vida y 50 millones más ven cómo la suya cambia para siempre.
Es posible prevenir por completo este tipo de tragedias, y debemos hacer más para que así sea.
El Plan Mundial para el Decenio de Acción para la Seguridad Vial, que está ahora en su tercer año, tiene como objetivo reducir a la mitad las muertes en carretera. Para conseguirlo, busca crear capacidades, acelerar la aplicación de los convenios de las Naciones Unidas en la materia, sensibilizar y movilizar recursos para reforzar la seguridad vial.
Este año también hemos puesto en marcha la Campaña Mundial de Seguridad Vial, que se llevará a cabo en 1.000 ciudades de 80 países, y, a través del Fondo de las Naciones Unidas para la Seguridad Vial se están financiando distintas iniciativas en los países de ingreso bajo y mediano, pues es en ellos donde se produce alrededor del 90 % de las víctimas de los accidentes de tráfico.
Urge que sigamos prestando atención a este tema. Hago un llamamiento a todos los donantes para que aumenten sus contribuciones financieras y técnicas, que son tan necesarias. En este Día Mundial, unamos fuerzas con el propósito de hacer que las carreteras sean más seguras para todos, en todas partes.