Uniendo sabores por un futuro mejor
Perú y Venezuela son dos países con historias y culturas hermanadas.
Los une también el reconocimiento global por su rica gastronomía, la cual hoy sirve para integrar no solo sabores, sino comunidades enteras.
Perú es el segundo país en el mundo con la mayor población refugiada y migrante de Venezuela: más de 1.5 millones de personas que aún enfrentan dificultades para el ejercicio de sus derechos y su integración social y económica, y que implican un importante potencial para el desarrollo del país.
“Tenemos la necesidad de surgir. Las Naciones Unidas nos da un espacio importante porque nos enseña y capacita para sacar adelante un emprendimiento o idea de negocio”, dice Esther Montero, estudiante graduada de Coctelería.
Las agencias, fondos y programas de ONU Perú ofrecen asistencia humanitaria y apoyan el proceso de integración socioeconómica de la población refugiada y migrante para enfrentar los desafíos y potenciar los impactos positivos de la migración. En paralelo, contribuyen con la atención de las comunidades locales de acogida.
El liderazgo del coordinador residente, las estrategias desplegadas por las entidades de ONU Perú y la estrecha coordinación con el Estado peruano han permitido asistir las necesidades de protección, salud, nutrición, educación y trabajo, entre otras, de decenas de miles de familias en regiones como Tumbes, Piura, La Libertad y Lima.
“La atención a la población refugiada y migrante venezolana ha permitido también ampliar el acceso a servicios básicos a población peruana local y visibilizar las necesidades en las comunidades de acogida. Las comunidades que prosperan son resilientes y se adaptan a los cambios, fortaleciendo sus vínculos y aprovechando las oportunidades que trae la integración de la población migrante”, afirma Igor Garafulic, coordinador residente del Sistema de las Naciones Unidas en el Perú.
Siguiendo esta premisa, Uniendo Sabores -proyecto implementado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM)- ofrece un espacio de integración de culturas donde se promueve la inclusión laboral y la generación de medios de vida sostenibles. Ello se consigue mediante la realización de talleres dirigidos a personas refugiadas, migrantes y peruanas en las especialidades de pastelería, coctelería y gastronomía que se complementan con clases de marketing y emprendimiento.
“El fortalecimiento de capacidades e intercambio promovido por ONU Perú entre emprendedores venezolanos y peruanos enriquece la oferta gastronómica del norte del país, ayuda a cientos de familias a sostenerse y favorece una mejor convivencia en las comunidades”, resalta Igor Garafulic, coordinador residente del Sistema de las Naciones Unidas en el Perú.
Desde 2022, cuatro promociones de 265 personas graduadas se han graduado de Uniendo Sabores en Piura. A la mayoría de los participantes que contaban con un emprendimiento propio o una idea de negocio por desarrollar, se les brindó implementos para impulsar el logro de sus metas.
“Uniendo Sabores me ha ayudado a salir adelante e integrarme. Conocer cómo puedo mejorar mis recetas que traje de Venezuela y hacer una integración de sabores”, Freddy Peers, estudiante graduado de gastronomía.
Por otro lado, para reforzar la integración en las comunidades se han realizaron talleres itinerantes con la participación de niñas, niños y adolescentes. Las clases de pastelería se combinaron con juegos lúdicos para fomentar la unión, solidaridad y recreación.
Tras el éxito alcanzado, actualmente este proyecto se está desarrollando en Tumbes y Trujillo, ciudades del norte de Perú que han recibido gran población refugiada y migrante, mientras que en la ciudad de Piura está por iniciar su quinta promoción.
Así es como la unión de sabores peruanos y venezolanos contribuye a construir un futuro más próspero, con respeto a los derechos de todas las personas y sin que nadie se quede atrás.